El ordenamiento de la mirada es la confluencia de siete percepciones que dialogan con el espacio, el territorio y el paisaje. Germán Botero, Rafael Gomezbarros, Juan Ricardo Mejía, Mariana Varela, Javier Vanegas, Juan de Dios Vargas y Mario Vélez son los artistas que forman parte de esta exposición. A través de la escultura, el dibujo, la fotografía y la pintura, estos artistas han configurado escenarios que yacen entre lo real y lo imaginario, despertando reflexiones profundas sobre la condición humana, la fragmentación del territorio, la urbe cambiante, el paisaje transformado y la cosmogonía ancestral.
En esta muestra, mirar trasciende la noción de ser solo un ejercicio sensorial. Es un sistema complejo donde convergen lo relacional, subjetivo y cultural, otorgando significado a lo que vemos. El ordenamiento de esa mirada es una invitación al espectador a despojarse de la idea de que la exposición es solo una colección de visiones fragmentarias, encontrando en su lugar las relaciones subyacentes en los objetos y referentes de cada una de las obras.
Germán Botero utiliza la escultura para explorar la materialidad del territorio, creando formas a partir de la geometría y abstracción y son una metáfora de su transformación constante. Rafael Gomezbarros, con su instalación Casa Tomada de esculturas de hormigas, ofrece una metáfora visual sobre el desplazamiento y la migración, tocando temas de memoria colectiva y las huellas imborrables del conflicto. Estas hormigas, hechas con materiales orgánicos, se convierten en símbolos de la resiliencia y el trabajo colectivo. Juan Ricardo Mejía, a través de sus esculturas, conecta lo urbano con lo rural, reflejando la dicotomía entre progreso y naturaleza. Sus obras son cartografías poéticas que invitan al espectador a reconsiderar su relación con el entorno construido y el natural. Mariana Varela utiliza el dibujo para capturar momentos efímeros y espacios marginales, revelando la belleza oculta en lo transitorio. Sus imágenes nos hablan de la fragilidad y la fugacidad de la vida, en un territorio liminal. Javier Vanegas en su serie ALUNA 2.0 explora la cosmogonía de los pueblos originarios de la Sierra Nevada de Santa Marta, utilizando la fotografía para documentar su sabiduría ancestral. En su investigación con la comunidad Kogui y por medio de la inteligencia artificial crea donde revela imágenes utilizando la clorotipia, sobre tejido de hoja de coca llamados goné. Sus obras son ventanas a un conocimiento profundo y espiritual, que contrasta con la modernidad y su ritmo vertiginoso. Mario Vélez en su instalación Cúmulo, sus lienzos son palimpsestos de historias sobre el impacto de la guerra en la naturaleza. Con su distintivo estilo abstracto, deconstruye y reconfigura las formas, creando composiciones que nos invitan a contemplar la estructura invisible de lo que consideramos esencial y cotidiano, el agua. Finalmente, Juan de Dios Vargas con su obra “Voces del Monte”, nos muestra diversos mapas de territorios en Colombia donde hay una alta concentración de explotación minera. Este paisaje fragmentado es una reflexión sobre las consecuencias de las prácticas extractivistas y el impacto que tiene sobre la población, la naturaleza y la ambición capitalista.
En El ordenamiento de la mirada, cada obra actúa como un nodo en una red de significados, donde la mirada del espectador se convierte en el hilo conductor que teje estas conexiones. Esta exposición sugiere una mirada integradora y contemplativa, una forma de ver que no solo aprecia la belleza y la técnica, sino que también busca entender las narrativas profundas que subyacen en cada pieza.
Así, esta muestra no es solo una exposición de arte, sino un espacio de diálogo y reflexión, donde el espectador es invitado a cuestionar, descubrir y reimaginar su relación con el espacio, el territorio y el paisaje. El ordenamiento de la mirada es una propuesta para ver más allá de lo visible, para encontrar en cada obra una historia, una emoción, una conexión que enriquece nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.