La potente narrativa, tejida en las historias locales de los artistas contemporáneos colombianos Mariana Varela y Mario Vélez, se despliega en el intrincado espectro de comportamientos territoriales. En la obra de ambos, se revela el paisaje como territorio lo cual es necesario para explorar las resonancias entre lugar y memoria.
Varela con su serie Inextricable, realiza dibujos de las bananeras en óleo sobre velos de seda. La deconstrucción de esta planta es un estudio que desentraña sus complejidades revelando las tensiones y ambigüedades de un territorio sin ley. Otra de las obras presentadas en ArtBo, es titulada Realidad Contenida, donde Varela crea una serie de cajitas que revelan instantes de la historia contemporánea colombiana. Las consecuencias del conflicto armado sobre la población civil, la naturaleza y fauna se recrean por medio de dibujos minuciosos en el trasfondo de estos retablos, los cuales complementa con objetos tridimensionales en arcilla, madera o material vegetal.
En los dibujos Aún e In Extremis, Varela aborda la idea de que, aunque a menudo nos describimos como parte de la naturaleza, nuestras acciones a lo largo de la historia demuestran lo contrario. Su obra busca generar conciencia sobre la necesidad urgente de replantear nuestra relación con la naturaleza, promoviendo un cambio en nuestra actitud y en nuestro compromiso con el entorno que hemos moldeado y transformado. En diálogo con su obra, está el trabajo de Mario Vélez con sus pinturas de la serie Memorias de Bosque/Volver de la Guerra, tituladas Consecuencias Irreversibles.
En esta seria de pinturas, se observa la abstracción del paisaje donde se traduce en los patrones del camuflaje y son creadas a partir de los tonos de las hojas del bosque andino tropical de las montañas antioqueñas, utilizando pigmentos naturales como las arenas de los ríos donde se ha luchado el conflicto armado. En sus piezas Libres Acentos realiza una serie de esculturas, construye un bosque de troncos en cuya superficie yacen espejos con inscripciones de diversas conjugaciones de la palabra talar como talé o talo, lo cual se traduce en una reflexión de la transformación del paisaje a partir de los autores de la guerra.