La palabra coraje proviene del latín "coraticum", que a su vez procede del latín clásico "cor" que significa corazón. Hoy relaciono esta palabra con el arte en diferentes sentidos: para empezar una carrera en el arte se requiere valor, pasión y determinación y para continuar en el medio del arte se requiere ser corajudo. La práctica artística requiere la superación de obstáculos y la capacidad de enfrentar actos que son inaceptables, por ejemplo: la eliminación y la misoginia en la historia del arte contada por E. H. Gombrich, libro que aún es de culto, y en el que no se encuentra ni una página señalando una obra realizada por una mujer artista, como lo evidenció la artista María Jimeno en su performance Queridas viejas. O el rechazo por parte de una crítica a una generación colombiana que exploraba las raíces indigenistas de nuestro continente, entre los años 20 y 40. También, podemos ver que por problemas institucionales o personales algún historiador de un periodo específico en el arte hace desaparecer sistemáticamente a algunos artistas que han sido icónicos en nuestra historia, o la edición de fotos para quitar a algún creador.
Igualmente, la opinión de un curador, la división de bandos en el arte donde los artistas deben tomar partido, las opiniones fastidiosas de pasillo que se empecinan en destruir a alguien por capricho y algunos coleccionistas que determinan una tendencia en el arte por intereses propios produce malestar en los creadores. Por supuesto, la adversidad cotidiana o la pandemia, son momentos en los que también se requieren agallas para enfrentar la vida con valentía y determinación.
Tal vez, lo que más me interesa de la palabra coraje, es la significación de tener el valor de “echar el corazón por delante”, lo que significa dejar el ego atrás. Las artistas y Álvaro Cabrejo que hoy participan en esta exposición, han asumido el riesgo que conlleva su práctica artística, la cual involucra la mente, el cuerpo y el corazón, todo ensamblado con el coraje para explorar lo desconocido, entienden que la experimentación y el riesgo se deben asumir con valor, así la incertidumbre exista.
Hoy Caza Zirio, invita al público a que se vincule con la práctica artística de cada una de las artistas y Cabrejo que integran esta exposición, la intención es acotar tres generaciones de artistas y desplegarla con otra mirada. Cada uno ha explorado diferentes narrativas y técnicas que interrumpen, transforman la cotidianidad y nos demuestran con sus obras que el arte está presente en la vida misma. Hay que señalar que algunas artistas en esta exposición han abierto la puerta y transitado por caminos, que hoy parecen fáciles.
Con ellas hemos entendido que el material no tiene límites, que el arte se expande y se vuelca interdisciplinario, que no podemos olvidar nuestra historia, la cual ha dejado miles de muertos y que nos ha perforado el corazón. Al igual, esta muestra evidencia que el arte siempre se adelanta a todo, desde la exploración del inconsciente, que juega con las imágenes y el lenguaje, hasta las luchas sociales y feministas. También se ha adelantado a subrayar que en el arte no existe el género solo seres humanos; que es importante ahondar y eliminar las cargas coloniales donde sobrevive el racismo. Y nos alerta que vivimos en un mundo frágil, donde nuestra “casa común” requiere de todos y que debemos echar el corazón por delante si queremos que nuestra especie sobreviva.
De la palabra coraje se desprende también el verbo recordar, volver a la memoria y aunque es un verbo que habla en pasado nos recuerda que el arte moderno y contemporáneo se cruzan, al igual, enuncia que hay una constelación de artistas que están por venir, lo más seguros es que tomen como referentes a algún artista, esto abre la posibilidad de continuidad y de rupturas, lo importante es que las diferentes miradas del arte se conecten y cohabiten como lo que sucede en esta exposición.
María Elvira Ardila, 2023
Curadora