Germán Botero
Por: Viviana Mejía
En la imbricación entre la esencia bruta de la naturaleza y el arte, la madera emerge como un profundo medio de expresión, encarnando tanto la resistencia de la artesanía consagrada como la transformación material.
Germán Botero escultor definitivo en el arte contemporáneo colombiano y latinoamericano, presenta “Materia y Memoria”, su más reciente exposición, donde el pasado y el presente convergen a través de la madera como ese hilo conductor. Esta muestra exalta la virtuosidad del elemento presentando esculturas que trascienden la materialidad para sugerir un diálogo entre tradición y metamorfosis. Cada pieza es un testimonio de la íntima relación del artista con la madera. El legado del modernismo subyace en las formas geométricas y la abstracción de las piezas, el eco de grandes referentes en su práctica artística como Negret y Ramírez Villamizar resuenan en su obra.
La madera no es sólo un medio, sino un narrador que susurra historias sobre la condición humana, y la existencia misma. La selección de las maderas no es un gesto aleatorio, pues cada una de ellas tiene virtudes y características que invoca Botero. El carreto irradia una calidez dorada que invita al tacto. El roble con sus tonos oscuros y profundos evocan la fuerza y la sabiduría de los siglos. Los matices rojizos y púrpuras del nazareno guardan en sus vetas historias del tiempo. Las maderas que rescata del mar Caribe cerca de su taller en Santa Marta, han sido moldeadas y pulidas por sus aguas, la sal y la arena; sus colores azules y verdosos son consecuencias de una transmutación impuesta por la naturaleza. Botero empleando desde las antiguas técnicas de talla y torneado hasta las modernas combinaciones entre bronce y aluminio, se apropia de la madera hasta volverla suya.
El nombre de esta muestra, “Materia y Memoria”, es un reconocimiento al libro homónimo del filósofo francés Henri Bergson. En su libro, el autor pretende mostrar la relación que existe entre los dos términos opuestos de espíritu y materia, de cuya correspondencia nace la experiencia. Para Botero, en la madera yace el espíritu, donde se rememoran las historias que se relatan en la talla y el labrado de las piezas. La textura despierta lo táctil. El deseo de recorrer con los dedos las formas geométricas y sensuales de las superficies de estas maderas transformadas. La percusión implícita de los objetos que componen la muestra habla de la musicalidad tácita que se esconde en su interior. Como en la música, la exposición juega con los tiempos: el pasado que alude a los orígenes, a las relaciones cósmicas con la naturaleza y la sabiduría ancestral. El presente invita a repensar obras hechas previamente en nuevo contexto, una nueva configuración. El futuro, obras que exploran la geometría viva, la materialidad y el objeto, en un mundo cada vez más inmaterial. La vibración deviene en sonido y como los compases que se transforman en tiempos, lo mismo ocurre en la exposición, pues nos inspira a ver más allá de la superficie, a apreciar la resonancia conmovedora de la madera y el perdurable legado del oficio que encarna Botero.